21/6/17

Collarín impreso en 3D para tratar las lesiones cervicales... diseñadio por una estudiante sevillana con escoliosis


"Natalia Martín, estudiante del grado de Ingeniería de las Tecnologías de Telecomunicación en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad de Sevilla, ha desarrollado un collarín en 3D para el tratamiento de las lesiones cervicales.

En declaraciones a El Correo de Andalucía, ha revelado que encontró en su propia casa la idea inicial de su proyecto. «Mi padre es enfermero. Le pregunté qué echaba en falta, y me dijo que los collarines eran estándar para todo el mundo. Y que problemas como el mío –una escoliosis dorsal– no se podían tratar», cuenta. La solución era realizar collarines personalizados, pensó.

El diseño y realización de esa órtesis cervical, sustituto mejorado del collarín de toda la vida, se realiza con tecnologías 3D y comprende cuatro etapas: el escaneado 3D del cuello del paciente, el diseño del collarín, el análisis físico para estudiar la resistencia de la pieza y la impresión 3D de la órtesis.

De momento, y en esto insiste Natalia, lo que maneja es un prototipo inicial, que usa ella misma cuando lo necesita, porque se ha utilizado como modelo.

La buena acogida que ha tenido el proyecto se debe a las ventajas de su creación frente a las órtesis tradicionales. Ella misma lo resume en pocas palabras: «El punto fuerte es que se personaliza totalmente para el paciente. El paciente se escanea y, una vez que se tiene la anatomía de su cuello, se diseña según sus necesidades». Pero hay más. Este nuevo collarín reduce la posibilidad de aparición de úlceras de presión, muy comunes en los usuarios de collarines convencionales.

Otro de los problemas que acarrea de manera habitual la utilización de collarines es que los pacientes necesitan, una vez que se los quitan, de largos periodos de rehabilitación a causa de la inactividad de la musculatura. Para esto, Natalia ha pensado ya en una solución. «Estoy viendo la posibilidad de seguir con el mismo prototipo, pero introduciéndole electroestimuladores.

 De esta forma, los músculos permanecerían activos para que la rehabilitación que se necesite sea menor».

Además de la perfecta adaptación a cada paciente, el collarín de Natalia difiere de los tradicionales por el material del que está hecho. «Es un termoplástico elastómero. Es un material muy flexible, pero a la vez duro y resistente a impactos», destaca, antes de recordar que habla todavía de un prototipo inicial. «El final queremos hacerlo con una mezcla de materiales entre los que destacaría el grafeno para introducir eletroestimuladores en el collarín, porque uno de los principales problemas es la atrofia muscular», ratifica.

En su estadio inicial y todo, el proyecto de Natalia acumula ya un buen historial de premios, y compite todavía en más frentes.

Logró el premio Accésit Ingenio Junior 2016 por el Colegio Oficial/Asociación de Graduados e Ingenieros Técnicos de Telecomunicación de Andalucía y el premio en la fase de idea del VII concurso de ideas de negocio de la Universidad de Sevilla 2017, que le supondrá un viaje a Turín durante tres semanas en julio «para completar su formación en materia de emprendimiento», en palabras de la Universidad. Su idea está además seleccionada para el programa Santander Yuzz 2017 para emprendedores, una convocatoria especialmente golosa.

Esta posibilidad ha hecho que el proyecto crezca también por otro lado, puesto que Natalia, junto a otra compañera, está desarrollando una idea de negocio a partir de su órtesis 3D. «Nos hace falta para el concurso. Estamos viendo el mercado que puede tener, los clientes, los pros y los contras, lo que hay que mejorar. Estamos desarrollando muy teóricamente todo el proyecto y veremos si tiene salida comercial o no», resume.

El mercado al que se orienta el producto es el sector médico, especialmente, apuntan en el desarrollo del proyecto, el referido a la traumatología, la rehabilitación y la neurocirugía, tanto en el ámbito público como en el privado. Aunque en un estado inicial, plantea ofrecer las nuevas órtesis tanto a grandes hospitales (por ejemplo, para pacientes sometidos a inmovilización prolongada o con dispositivos de fijación craneal o cervical) como a centros médicos más pequeños.

De manera general, los collarines están dirigidos a personas que han sufrido algún tipo de lesión cervical y necesitan inmovilización del cuello durante un cierto periodo de tiempo y personas que deban permanecer inmóviles durante periodos prolongados, y pacientes con algunos sistemas de fijación craneal o cervical. El paso de la teoría a la práctica está cada vez más cerca.

En todo caso, a falta de un escaso 10 por ciento para finalizar su grado, Natalia no se cierra puertas. Con la posibilidad de realizar un master en ciberseguridad rondando por su cabeza, aprovecha algunas de las cosas que ha aprendido en la Escuela para sacar adelante otros proyectos. «En la rama de imagen y sonido tenemos asignaturas como Holografía y visualización en 3 D», apunta, y destaca que por ejemplo han trabajado con imágenes médicas.

 Estas enseñanzas las ha aprovechado en otro ámbito de su gusto, el de la música, en el que está haciendo modelos 3D e «intentando desarrollar algunas cositas». «Por ahora –termina– sigo desarrollando. Depende del resultado del collarín, seguiré adelante o me pondré con otros proyectos», acaba, sin cerrarse puertas."             (Imprimalia, 18/06/17)

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